La plaza de la Constitución de Rociana se convirtió ayer en el salón de celebraciones de una comunión, además, algo atípica. Los protagonistas de la fiesta eran dos hermanos, aunque el niño estaba más en edad de casarse que de otra cosa. Y la comida del festín…un poco por debajo de la esperado.
Se trata de la última representación del taller municipal de teatro ‘Pocas Luces’ de Rociana, que además ha sido el encargado de idear y desarrollar la trama.
Ha servido para cerrar el curso teatral y la han preparado en poco más de dos meses y medio. Con muchas ganas y la ayuda de la monitora, que ha conseguido enlazar las diferentes piezas de este puzzle humorístico.
Los vecinos de Rociana respondieron con creces a la llamada del taller de teatro y llenaron la plaza para disfrutar de una función que fue todo un éxito.