Villablanca culminaba sus actos litúrgicos en honor a su patrona, la Virgen de la Blanca, con la salida procesional por el entorno de su ermita.
Una multitud apabullante acompañaba a esta venerada imagen durante el último domingo de agosto, para agradecerle y exponerle sus plegarias.
Momentos destacados son la parada de la Virgen de la Blanca mirando hacia el pueblo en señal de protección y bendición y también hacia el mar, siendo un guiño para todos esos marineros de Lepe e Isla Cristina que tanta fe le profesan.
Los villablanqueros denominan a esta jornada como el día grande de Villablanca donde la devoción y la esencia de este municipio andevaleño laten al compás de los palos.