Villalba embellece uno de sus rincones que además tiene un significado especial. La zona conocida como La Fuente con un azulejo en honor de su Hermandad del Rocío, que sirve como reconocimiento a la constancia y el trabajo que ha realizado en sus más de 40 años de historia.
Un monolito que se inspira en la espadaña de la parroquia de San Bartolomé de la localidad, y que conjuga a la perfección elementos propios de la arquitectura andaluza, como la pared encalada, la cerámica, con la imagen del ceramista local Carmelo del Toro, y la forja, en un lugar que puede convertirse incluso en lugar de rezo.
De esta forma, el pueblo de Villalba hace un justo reconocimiento a la filial número 54 de la Matriz, que ahora será testigo de importantes momentos desde la próxima primavera, siempre y cuando la pandemia nos lo permita.