Un corazón late desde hace unos meses con más fuerza en Villarrasa. Pero no es un corazón cualquiera. Es el corazón de la solidaridad. Gracias a la colaboración entre el ayuntamiento y la fundación SEUR, los tapones de plástico de los villarraseros tendrán una nueva vida.
La iniciativa pretende entregar estos tapones a una planta de reciclaje para ayudar a niños con graves problemas de salud. Más de 153 niños han recibido ya una ayuda gracias a toneladas de tapones reciclados, y además se ha evitado la emisión de 6.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. Villarrasa, en poco tiempo, ha desbordado toda previsión de solidaridad.
Pese a ser colocado en febrero, el estado de alarma no ha permitido esta colaboración, por lo que el llenado de este corazón ha tenido lugar sobre todo en los meses de abril y mayo, lo que demuestra que Villarrasa es municipio que se vuelca con las causas solidarias.
Un motivo de orgullo para los villarraseros, un pueblo que cuando hace falta, está al pie del cañón para ayudar a quienes lo necesitan.