Después de las fiestas no sólo los bolsillos se resienten. La cuesta de enero puede afectar además, al estado de ánimo.
Los niños, que han vivido unos días repletos de magia e ilusión, han regresado hoy al cole, tras días en lo que se suelen acostar más tarde, comen a deshora y pierden el ritmo que llevaban antes de las vacaciones.
Igual que nos sucede a los adultos. Nos toca volver a la realidad: el despertador, los horarios fijos, el trabajo, el colegio de los niños…
La actitud positiva es el mejor remedio para afrontar la vuelta a la rutina. Así lo afirman los médicos de Atención Primaria, que tras los periodos vacacionales, ven como las consultas se inundan de ‘gente alicaída, estresada y nerviosa con muchas y diversas dolencias’.
Lo más importante es alejar la sombra de la depresión para no caer en el llamado síndrome postvacacional, un malestar temporal que afecta a un 35% de los españoles, principalmente entre 25 y 40 años.
Aunque no está catalogado como una enfermedad, los especialistas lo definen como una emoción temporal negativa ante la vuelta a la rutina después de las vacaciones, un periodo de que puede dar lugar a variados síntomas que generalmente son pasajeros.
Para evitarlo los expertos insisten en prescindir dietas drásticas, autocontrolar el uso de las actividades relacionadas con las nuevas tecnologías, saber cuándo hay que irse a la cama, hacer ejercicio, y sobre todo, una actitud positiva.