Poco a poco las distintas actividades vuelven a la normalidad. Y el taller de memoria de La Palma ha hecho lo propio en este mes de junio. Tras quince meses de obligado parón por la pandemia, ante el riesgo de contagios, el hogar del pensionista vuelve a cobrar vida, aunque la actividad no ha parado.
Según el monitor del taller, Ilde Castizo, se ha intentado mantener cierta actividad en redes sociales, pero ya había muchas ganas de volver. Y es que los alumnos de este taller echaban de menos las clases presenciales, ya que, además de ejercitar la memoria, potencia las relaciones sociales.
Para garantizar la seguridad de los participantes, el Ayuntamiento lo ha preparado todo. Entre las medidas, la desinfección y la ventilación serán la tónica general.
Por otro lado, se han reducido los distintos grupos a la mitad, con el objetivo de crear burbujas de convivencia. Medidas que pretenden sobre todo ser un aliciente para recuperar la vida normal, también para la población que se encuentra en la horquilla más mayor de edad.