Tras llevar a cabo un detallado análisis de campo, cartografía y teledetección con imágenes satélite en los últimos años, la organización ecologista WWF ha presentado este miércoles en Huelva los datos de su informe sobre la interpretación cartográfica del Plan de la Corona Forestal de Doñana, aprobado en diciembre de 2014 por la Junta de Andalucía. Al respecto, WWF ve «irrenunciable» su aplicación y asegura que, tras restar la superficie correspondiente a montes públicos y a parcelas sin continuidad de riego, la superficie de los suelos agrícolas regables se fija en 7.523,2 hectáreas.
En rueda de prensa, la responsable del Programa de Aguas y Agricultura de WWF España, Eva Hernández, ha destacado que en el citado informe se incluyen todos los datos sobre las nuevas hectáreas creadas tras el año 2004, el año marcado como límite para la regularización en el Plan de la Corona Forestal, y sobre las fincas transformadas incumpliendo la ley forestal andaluza de 1992, y ha defendido que el citado plan «dará seguridad jurídica a miles de agricultores».
Según el análisis de WWF, el total de superficie en riego a fecha 2015 es 11.023,7 hectáreas. Dentro de esta superficie, el Plan Especial de la Corona Norte contempla 9.340,2 hectáreas como suelos agrícolas regables. Por ello, se cuantifica en 1.683,5 hectáreas la superficie fuera de la cartografía oficial.
Por su parte, el coordinador de la Oficina de WWF en Doñana, Felipe Fuentelsaz, ha subrayado que de esa superficie, 535,7 hectáreas corresponden a parcelas situadas en zona A de especial protección de los recursos naturales según el POTAD, lo que supone «una grave afección ambiental» y, por otro lado, ha manifestado que gran parte de la superficie corresponde a fracciones de parcelas y no a fincas completas, por lo que «no supone la pérdida de la actividad agrícola y económica del agricultor en mucho de los casos».
Concretamente, de las 9.340,2 hectáreas que contempla la Junta en su plan como suelos agrícolas regables, 444 corresponden a errores cartográficos; 218 se incluyen en la zona A; 194 son de montes públicos transformados de zona forestal a agrícola de regadío con posterioridad a 1992, por lo que la superficie resultante es de 8.483,3. Sin embargo al no apreciarse continuidad del riego entre 2013 y 2015 en 960,1 hectáreas, WWF fija la superficie regable en 7.523,2 hectáreas.
Del mismo modo, advierten de que a esta cantidad tendrá que ser confirmada por la Administración y que incluso podría ser menor, ya que habría que comprobar si el resto de hectáreas procedentes de transformaciones de usos forestales realizadas en fincas privadas con posterioridad a 1992, 1.390 hectáreas, cuentan con autorización de cambio de usos de suelo, si ha existido continuidad en el riego en las fincas en los otros periodos de años no analizados en el presente informe o si hay algún otro expediente abierto de carácter ambiental.
CRÍTICA SITUACIÓN DE DOÑANA
Eva Hernández ha destacado que «la crítica situación» de Doñana ha provocado, entre otras cuestiones, la apertura de un procedimiento de infracción por parte de la Comisión Europea; la actuación de la Fiscalía de Medio Ambiente y el seguimiento de los organismos internacionales Ramsar, UICN y Unesco, así como el posicionamiento de los principales supermercados europeos para una compra responsable.
A su vez, ha recordado que la propia Confederación del Guadalquivir, en el nuevo Plan Hidrológico aprobado en enero, reconoce «el mal estado»
del acuífero de Doñana.
Por todo ello, desde WWF han enviado una carta a la presidenta de la Junta de Andalucía, para que se mantega «firme» y aplique el Plan de la Corona Norte ante «las presiones» que están llevando a cabo los agricultores de la zona, que piden la inclusión de alrededor de 2.000 hectáreas más. Ante esto, la organización ecologista reconoce que «habrá que buscar alguna solución pero no a costa de los recursos naturales de Doñana».
A modo de conclusión, y tras asegurar que no conciben «una Doñana sin agricultura, pero con una agricultura legal», el coordinador de la Oficina de WWF en Doñana, Felipe Fuentelsaz, entiende que la aplicación del Plan Especial de la Corona Forestal es «irrenunciable, teniendo en cuenta todos sus criterios y el cumplimento de la normativa establecida en el mismo», así como que dotará de seguridad jurídica a muchos agricultores que hasta el momento no la tenían, y podrán mantener su actividad a largo plazo.
A su vez, desde WWF instan a las administraciones competentes a analizar caso a caso cada parcela y verificar el cumplimiento de los diferentes criterios de este plan, y señalan que de la superficie que no puede ser legalizada, parte no son parcelas en regadío en la actualidad –por errores cartográficos o por la no continuidad en el riego–, y el resto son infracciones de legislación ambiental –por incumplimiento de la Ley Forestal o por su puesta en riego en los últimos años–.
De igual forma, desde la organización ecologista piden, ante «el continuado crecimiento del regadío», a las administraciones competentes, así como a los ayuntamientos, agricultores y asociaciones agrarias de la zona, a velar por el cumplimiento de este plan y a denunciar nuevos crecimientos que ponen en riesgo el sector y la imagen de la agricultura en Doñana.