Y tal como vino… se fue. Ha pasado en un suspiro. Pero es que, no sólo vino, sino que volvió con todos los escenarios posibles.
Calor, lluvia, bulla, consulta de partes meteorológicos, retrasos y moratorias, aplausos y fervor…, cofradías en la calle, y otras sin salir.
No le ha faltado nada a una Semana Santa que ha tenido de todo, pero que ha marcado una vuelta a la normalidad. Que ha sabido narrar, a través de esos pasajes evangélicos móviles la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Que ofrece música, flores y piropos a su Madre que lo sigue en su caminar.
Todo ha vuelto y todo se ha cumplido. Igual que esta casa, que les ha llevado un programa especial con casi 35 horas en directo, contándoles la Semana Santa de una tierra que ha sentido la tradición metida dentro del antifaz.
Ahora toca reflexionar, mejorar, y esperar con más ganas su regreso, ya que en la vida… todo vuelve, como volvió nuestra forma de celebrar la fe.